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domingo, 7 de marzo de 2010

El problema de los niños en la calle

SANTO DOMINGO.- El problema de los niños que trabajan en la calle es el reflejo de un fenómeno socioeconómico estructural que la sociedad dominicana está emplazada a enfrentar: la pobreza y la indigencia, afirmó la antropóloga Tahira Vargas.

Indicó que la existencia de menores que se dedican a trabajar en las calles como vendedores, limpiabotas, limpiando vidrios o haciendo cualquier otra cosa es una práctica vieja en el país, dado que muchas familias precisan de la mano de obra infantil para compensar los ingresos y poder sobrevivir, se trata de un asunto de subsistencia.

“Es un problema serio que hay que saber enfrentar, porque es muy difícil decirles a las familias pobres que sus hijos no pueden trabajar, porque eso implica un aumento de la miseria”. A su juicio, si se quiere evitar que más y más niños salgan a las calles a trabajar exponiéndose a todo tipo de peligro, y especialmente la deserción escolar, el Estado debe luchar por mejorar la situación económica de la población.

“Habría que desarrollar políticas sociales más efectivas, que es una de las debilidades que hemos tenido en los últimos años en el país, que no se han dado políticas efectivas de reducción de la pobreza”, dijo. En su opinión, hay que focalizar los niños que viven en las calles, hacer un esfuerzo por ubicarlos en hogares donde puedan insertarse en procesos educativos, “esos niños necesitan hogares donde vivir”.

Para este tipo de intervención focalizada Vargas considera como un buen modelo las Aldeas Infantiles que acogen a niños huérfanos. Se trata de hogares colectivos, donde una madre atiende varios niños y estos cuentan con una comunidad educativa que les sirve de soporte.

No es tan nocivo
Muchos profesionales de hoy fueron niños que trabajaron en la calle o en el campo, lo que demuestra que el trabajo infantil no siempre es nocivo, explicó Vargas. Citó como ejemplo el caso de Costa Rica, donde hay modelos de escuelas de educación para el trabajo. Hay muchos oficios que se pueden aprender en las escuelas y al mismo tiempo trabajar en los talleres como ebanistería, mecánica, sastrería, repostería y otros.

En cambio, el niño que trabaja en la calle se expone constantemente al peligro. Además, muchos menosprecian a la población más pobre. Asimismo, en la población no hay suficiente formación para entender que muchos de los niños de la calle están realizando un trabajo con el cual ayudan a mantener a sus familias.

Educación Técnica

La antropóloga considera que aquellos niños que trabajan en la calle deben tener la oportunidad de recibir una educación técnica remunerada, donde puedan adquirir destrezas que puedan utilizar en un trabajo formal y abandonar aquellos que son muy vulnerables, como el caso de los vertederos, donde decenas de menores compiten con los adultos en la búsqueda de artículos reciclables, los que venden en las calles, limpiabotas y los que limpian vidrios, entre otros.

Para esto se necesitan más escuelas técnicas y más liceos tanto en la zona urbana como rural.

La familia y la escuela
Vargas estima que tanto los padres como los maestros necesitan reeducarse, recibir más orientación ciudadana sobre la brecha generacional. Con esto se lograría que sean más comprensivos con los hijos.

“La familia dominicana necesita aprender a manejar su relación con los jóvenes pre-adolescentes y los adolescentes”, subrayó Vargas.

Dijo que al llegar a los diez, 12, 13 o 14 años, muchos jóvenes abandonan sus hogares debido a que en sus familias hay serios problemas de comunicación entre ellos y sus padres.

Peligros
-Los niños que trabajan en la calle corren el riesgo de no poder llegar a la universidad, muchos ni siquiera pueden terminar la secundaria.
-Caer en las drogas y otras redes de delincuencia, como robos y atracos.
-Pueden ser víctimas de violaciones sexuales, y en el caso de las niñas pueden llegar a prostituirse.
-Agresiones de parte de adultos y pandillas.

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